Todos estamos de acuerdo que la leche materna representa la forma más completa de nutrición para los bebés. Desafortunadamente, para algunas mujeres el hecho de amamantar a sus bebés no es una opción, pues existen algunas condiciones que impiden tener una correcta lactancia.
La lactancia no es aconsejable si :
- El bebé ha sido diagnosticado con galactosemia, un trastorno metabólico en el que el bebé no puede digerir un azúcar llamado galactosa. Si a un bebé con galactosemia se le da leche, los derivados de la galactosa se acumulan en el sistema del bebé, causando daño al hígado, al cerebro, a los riñones y a los ojos; llevando a que en el futuro se presente cirrosis hepática, formación de cataratas en el ojo, posible ceguera parcial y retardo mental.
- Si tu bebé tiene la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce. Las personas con esta afección no pueden metabolizar los aminoácidos de cadena ramificada leucina, isoleucina y valina, lo que conlleva a que estos se acumulen en la sangre. En su forma más grave, esta enfermedad puede dañar el cerebro durante momentos de estrés físico (como infección o fiebre) pudiendo provocar a futuro retardo mental y altos niveles de leucina.
- Si la madre está infectada de VIH o SIDA.
- Si la madre está tomando antirretrovirales.
- Si la madre tiene tuberculosis activa no tratada, ya que puede contagiarlo.
- Si la madre Consume drogas o es adicta a ellas, ya que puede trasmitir estas sustancias a través de la leche y volverlo adicto.
- Si la madre está tomando agentes quimioterapéuticos contra el cáncer, como antimetabolitos, que interfieren con la replicación del ADN y la división celular.
Como hemos visto hay condiciones médicas que desafortunadamente hacen que la lactancia no sea una opción para la madre, obligandola a evitar el dar el pecho o a suspender temporalmente la lactancia, con el fin de proteger a su pequeño.
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